El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió en la ciudad de McAllen, en frontera con México, su proyecto de erigir un muro, en un momento en que el cierre parcial del gobierno federal está a punto de convertirse en el más largo del país.
El gobernador viajó hasta el borde del Río Grande en Texas, para argumentar que es necesario destinar 5,700 millones de dólares para construir el muro, una disputa con demócratas causó una parálisis presupuestaria que se extiende desde el 22 de diciembre.
"Es un tema de sentido común. Ellos necesitan una barrera. Necesitan un muro, si no lo tienen, lo que habrá es mucho trabajo y problemas extenuantes. Y por cierto, muerte. Y muerte, mucha muerte", dijo Trump. El republicano arrasó la amenaza de que si los demócratas no ceden, declarará una emergencia nacional, un instrumento legal que permite eludir el voto del Congreso que se ha utilizado en casos como epidemias o ataques."Si tengo que hacerlo, lo haré. No tengo dudas", enfatizo.
Los analistas advierten que esta decisión se apelaría ante los tribunales al anular las funciones del presidente.
