Hampón tuvo que huir para evitar que la turba tome represalias.
Un delincuente, por tratar de robar en las cercanías de la Iglesia de San José de Cajamarca, un comerciante no encontró una opción mejor de darle una lección con una paliza en lugar de avisar a la policía.
Entre las palabras de apoyo de las personas, la fémina continuó por al menos 1 minuto; Mientras tanto, los testigos pidieron el apoyo de las rondas campesinas, que no aparecieron en durante ocurrido el hecho.
"Soy madre de tres hijos", repetía indignada la comerciante.
Luego de la vergüenza de la paliza, el sujeto huyo raudamente del lugar ante el pedido de la agraviada, tanto fue su malestar que continuó persiguiéndolo unas cuantas cuadras hasta que finalmente el hombre corrió, a pesar de la dificultad que esto se debía a los mareos y moretones en los pómulos.
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